Y nunca podré ya deshacerme de mí
mismo
ni, jamás, arrancarme de nuevo la
piel a tiras
pero quisiera, talvez,
mañana
volver por un instante a ser
la piedra joven, la maleza gris
o la raíz abrupta de un campo
yermo.
Y gritar.
No me atrevo a pedir ser grito
como aquella vez perdido en la
sombra
de mil pies de musgo y morfina.
Hoy no, talvez
mañana
pero hoy es, también, desde ayer
hoy desde siempre
y desde siempre trago ardores
y desde siempre no los siento
pero quisiera, talvez,
mañana
caer por un instante en las
brasas
de los ojos de un ciego
despiadado
o ser por un momento la piel del
elefante.
Y olvidar.
A.S.V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario