jueves, 16 de enero de 2014

Elegía de vidrio

En memoria de José Luis Simón, por sus versos

Quedó en la noche tendido un cocodrilo de luto
y una ardilla trepó a la nube de sus ojos amarillos
para secarle las lágrimas con panecillos de cobre.

Quedó prendido de una estrella ciega
con las patas colgando, casi rozando un rascacielos,
y las ranas trataban de esquivarlo
para no perderse en su migración hacia el polo.

Contuvo la respiración la luna
sacando un alfiler de lino y hojalata
y furtiva y traicionera en la noche de morralla
deshizo punto a punto la tersa barriga de pana.

¡Ay luna infame! ¡Ay luna lunera!

¡Quién pudiera atraparte y moldearte!
Y hacer con tu halo un collar de latón.

¡Ay luna triste! ¡Ay luna espejo! ¡Ay luna lunera!

¡Quién pudiera ser la sombra del brillo
marchito que riela en los ojos dorados
del cocodrilo que duerme, enlutado y vacío!

¡Ay luna cobarde! ¡Ay luna indiferente! ¡Ay luna envidiada! ¡Ay luna lunera! 



A.S.V.

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