En memoria de José Luis Simón, por sus versos
Quedó en la noche tendido un cocodrilo de luto
Quedó en la noche tendido un cocodrilo de luto
y una
ardilla trepó a la nube de sus ojos amarillos
para
secarle las lágrimas con panecillos de cobre.
Quedó
prendido de una estrella ciega
con las
patas colgando, casi rozando un rascacielos,
y las
ranas trataban de esquivarlo
para no
perderse en su migración hacia el polo.
Contuvo
la respiración la luna
sacando
un alfiler de lino y hojalata
y
furtiva y traicionera en la noche de morralla
deshizo
punto a punto la tersa barriga de pana.
¡Ay luna
infame! ¡Ay luna lunera!
¡Quién
pudiera atraparte y moldearte!
Y hacer
con tu halo un collar de latón.
¡Ay
luna triste! ¡Ay luna espejo! ¡Ay luna lunera!
¡Quién
pudiera ser la sombra del brillo
marchito
que riela en los ojos dorados
del
cocodrilo que duerme, enlutado y vacío!
¡Ay
luna cobarde! ¡Ay luna indiferente! ¡Ay luna envidiada! ¡Ay luna lunera!
A.S.V.
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