domingo, 10 de mayo de 2015

El Parque de Atracciones II / ♫Scars - James Bay

Charlie, estás nervioso. Estás ansioso por algo que no existe ni existirá nunca. Te pica la espalda, como si un ejército de hormigas la estuviese recorriendo a cámara lenta. Pero no te preocupes porque en un segundo te despertarás.
Ya estás despierto. Hoy hace sol en Londres. Como siempre, la calle respira en silencio y tú no tienes nada que hacer. No sabes qué hora es. No necesitas saberlo pero lo miras. Lo miras para quedarte tranquilo. Y ahora irás a desayunar. Tu mente está dormida pero tu corazón va a mil por hora. Más de doscientas por minuto.
Nervios, que conservan esa delgadez de fondista fracasado.
Charlie, tú dices desde hace mucho tiempo que un desayuno no es un desayuno si tiene una gradación de menos de cinco. Todo un ejemplo para los niños. Tú dices que te gusta más ver a una chica fumando que ver a una chica desnuda, y que lo que más te gusta del mundo son las chicas que fuman desnudas. Tú eres ese chico que sale de su casa después del mediodía y no vuelve hasta la mañana siguiente. Ese que ni se peina ni se corta el pelo desde que tenía diecisiete años. Ahora tienes veinte y el volumen de tu pelo duplica el de tu cráneo. Tus padres te registraron con el nombre de Charles Robert David Addley.
Charlie, estás nervioso. Llevas mucho tiempo nervioso porque sabes que el dinero que rebosa en las cuentas de tu familia no va a construir tu vida. Seguirás bebiendo y fumando cada día hasta que desaparezcas. Hasta que te consumas como la ceniza de tus cigarros Dunhill.
No estás triste pero nunca sonríes cuando estás solo. No eres mala persona. Sigues en el camino, pero andas por el borde, haciendo equilibrios para no caer al más profundo y putrefacto abismo. Caminas por el arcén, a punto de ser atropellado.
Pero no estás triste. Nunca estás triste. Nadie dirá nunca:”Charlie está enfadado”.
Charlie, te han hecho creer que deberías cambiar. Pero a ti te gusta cómo eres.  A mucha gente le gusta cómo eres. Nunca te has parado a pensar nada de esto, pero al mismo tiempo todo esto está en tu cabeza, en una extraña sala de espera que nunca ha sido abierta.
Tú no eres Charles Robert David Addley. Eres Charlie.
A Charlie le gusta atarse sus zapatillas viejas y acariciarlas, le gusta enredarse el pelo y crear el caos sobre su cabeza. Le gusta hacer el playback de los grandes éxitos de Queen delante del espejo del baño. Le gusta desayunar en McDonald’s. Le gusta llevar cigarros detrás de la oreja. Le gusta fumar hierba los fines de semana. Le gusta jugar al fútbol.


Tú eres eso, Charlie. Eres eso y mucho más. Y puedes ser mucho más, aunque tú no lo sepas. Pero estás nervioso. Por lo que pueda pasar dentro de cinco años. Por lo que pueda pasar dentro de cinco minutos. Esperas que ocurra algo, pero no sabes que lo estás esperando. Ahora, venga, desayuna y dúchate.



El Parque de Atracciones I, aquí.

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