lunes, 17 de junio de 2013

Todos los días, todas las noches.


Todos los días vivo en una calle estrecha. Todos los días hay una lavandería debajo de mi casa. Todos los días hay un muro oscuro, sin puertas ni escaparates, en frente de mi casa. Todos los días, todas las noches, la lavandería está iluminada. Todos los días, todas las noches, miro por la ventana de mi casa y veo el muro oscuro iluminado por la luz de la lavandería. Todos los días, todas las noches, una sombra recorre la luz de la lavandería proyectada en el muro oscuro. Todas las noches, alguien pasa por delante de la lavandería. Todos los días, todas las noches, compruebo si es posible tener una vida tan vacía que solo merezca la pena vivirla por ver una sombra cada noche. Y sí, por supuesto que es posible.
 
J. L. M.

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